El Arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi se refirió a los tristes acontecimientos en Israel y la región. Lo hizo a manera de editorial en «Fraternidad Religiosa», sección de La Voz.
Destacamos aquí sus principales conceptos que nos ayudan a reflexionar respecto al conflicto:
«No puedo olvidarme de las palabras proféticas de John Fitzgerald Kennedy: La humanidad debe terminar con la guerra o la guerra terminará con la humanidad. Y a esta afirmación, a la que nos adherimos como creo que lo hace toda persona sensata a la luz del quinto mandamiento de No matar, agregaría el corolario de: No defender las guerras perdidas».
«Decimos guerras perdidas porque, sin importar cuál es el bando al que se pertenece, siempre una guerra será una guerra perdida. Nunca hay vencedores; más aún, diríamos que si queremos buscar algún vencedor, sólo se lo podrá encontrar entre aquellos que promueven la paz. Vencen las guerras sólo los pueblos que no las hacen.
«Se nos quiere, infantilmente, poner en la disyuntiva de elegir bando o país. Que quede bien claro que nuestra única opción posible es la paz, de frente al terrorismo, del fanatismo y la crueldad de la revancha. Aquí no hay que elegir bando sino apostar de manera empecinada por esa nueva civilización del amor».
«Que quede claro que una sola lágrima de un niño, de la religión o nacionalidad que sea, tiene en la balanza de Dios y de toda persona de buena voluntad más peso que las toneladas de argumentos que se puedan poner en el otro platillo y que pretenden justificar estas atrocidades que nos asombran a diario».
«Necesitamos escuchar con urgencia este grito, porque hay que empezar a secar las lágrimas de tantos niños y ancianos inocentes: los preferidos de Dios…»